viernes, 10 de junio de 2016

Perro viejo, con la garganta gastada


Y si! mis miedos, mis no aceptaciones de lo que soy, generan en mi la inseguridad y las proyecciones en los demás que quizás no existen en este plano, pero comienzan a ser semillas que son regadas con los pensamientos de la mente. Si no me dejo fluir y sentir, me atasco con quienes me brindan amor, eso que tal vez esquivo de brindar porque no me acepto en mi realidad, esa realidad que me quiere y me transforma.
Mis no aceptaciones producen estancamientos en los crecimientos de mis relaciones y muchas veces las reflajo en mi cuerpo. El magnífico templo que me acompaña para los haceres de estas secuencias de etapas que forman mi camino evolutivo.
Me voy a mis 7 años, a mis 8 y 10. Me miro y reconozco esas vivencias. Hoy me siguen como sombras de un perro viejo, que vuelven cada tanto para gastar mi garganta. Es el momento, es este instante el que debe ser modificado y brindar aquello como ofrenda futura para alimentar mi presente.
Esto está dentro mío, y debo agradecerlo para transformarlo. Yo Puedo, Me lo Merezco, Me Autorizo y Soy Digno.

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