martes, 3 de junio de 2014

EL ARTE DE SANAR


El organismo, según usted, es un sumidero de problemas no resueltos.


Claro, porque cuando tú no quieres hacerte consciente de lo que tienes, el cuerpo lo transforma en enfermedad. Todo secreto tiende a aparecer de la misma manera que tiende a manifestarse lo oculto. La naturaleza quiere que estes sano y que te realices, y cuando te reprimes, reprimes algo de ti que acaba saliendo por algún lado.

¿De dónde vienen las adicciones que flagelan nuestras sociedades?

De carencias de la infancia, que las personas intentan compensar de ese modo. El alcoholismo se produce generalmente por falta de leche materna. Y la adicción a la heroína suele deberse a la falta de ser, a la ausencia de reconocimiento, para así lograr llenar el vacio de no ser amado.

¿La locura existe o es un invento de la policia, como diría Topor?

Sí existe. Necesitamos sueño y realidad. Hay un momento en que se borra la individualidad, y entonces el cerebro funciona sin control, y llegamos a la locura. El cerebro es un universo en constante expansión y movimiento. Vamos en una cárcel racional que navega dentro de un loco.

¿Cúal cree que es la enfermedad más extendida?

El sufrimiento emocional. La civilización nos predispone a ello.

Usted ha asistido a muchas operaciones en las que los chamanes curan a la gente. ¿Qué hay de realidad y qué hay de montaje en las curaciones de los primitivos?


Es lo que yo llamo "trampa sagrada". El chamán realiza actos teatrales, imita poderes, e imitando poderes produce el efecto, porque abre las puertas de esa cosa misteriosa que somos nosotros.

Dudó siempre de lo que veía en ese tipo de rituales, pero luego le dió otro sentido, más bien matafórico, que integraría más adelante en sus terapias

Yo partía de no creer en nada. No es que dudara, es que no quería creer en aquello. El paso positivo que di ante aquellas prácticas fue eliminar el creer y el no creer, me quité estas dos actitudes de encima. Los científicos no creen, pero creen en no creer. Es un error. Hay que prescindir de prejuicios ante estos actos, experimentar tranquilamente y ver los resultados.

[...]

Pero el enfermo, más o menos, suele resistirse a ser curado

No es que se resista más o menos, es que se resiste siempre, por una razón muy sencilla: La enfermedad, en sí misma, ya es una resistencia. Una resistencia al mensaje del inconciente. Se esta produciendo una prohibición y en la medida en que te resistes a ella, creas una enfermedad.
Cuando leo el tarot lucho como si estuviera en un combate de artes marciales. Una pelea de karate con el consultante, que se resiste a ser ayudado. El tarot es un arte marcial que trata de darte vida, pero el consultante combate y se resiste.
Luchas con las defensas que pertenecen a cada nivel de conciencia. Pasar de un nivel de conciencia a otro es una batalla. La gente se defiende de ser curada porque ha sido marcada por una preparación genética, sociocultural y familiar que le otorga la identidad. La gente enferma está pidiendo algo, quiere que la amen. Para poder ayudarla tienes que luchar para que acepte que nunca va a obtener lo que no le dieron en la infancia.


Fuente:
Alejandro Jodorowsky, Psicomagia, 8ª edición-Buenos Aires: Debolsillo, 2014.

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